Hay un relato muy curioso, que, puede resultar muy ilustrativo al origen del descubrimiento del café; Entre los populares encontramos: Un pastor de cabras en Etiopía, allí el pastor logró ver como unas cabras reaccionaban de forma extraña (o más extraña de lo habitual) al consumir los frutos maduros del arbusto de café.
En Moca (una ciudad de Yemen,) era conocido por su relevancia en tráfico y comercialización del café, allí se aseguraban que no pudiesen llevarse granos fértiles o plantas de café, se pretendía tener el control y ser únicos proveedores del precioso grano. Para desgracia de los árabes y para suerte de todos, los holandeses lograron llevar el café a su país, lo cultivaron y replicaron los cultivos en las colonias de Asia. Los holandeses jugaron un papel fundamental en la expansión del fruto en tiempos atrás.
Hoy podremos agradecer a los holandeses, esos que trajeron y propagaron el café en centro y sur América, a mediados de 1718, inicialmente en sus colonias, lo que actualmente conocemos como Surinam, luego se expandió a Guyana francesa y Brasil.
Aquí damos como concluida una corta y sintetizada historia de lo complejo, extenso y apasionante que llega a ser el café. Más luego indicaremos cómo llego a este hermoso terruño: Colombia.
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